Una ceremonia llena de luz y emoción en el Palacio San Miguel de Sodupe.
“Todas las niñas sueñan con ser princesas” es una frase que he escuchado en innumerables ocasiones a lo largo de mi vida. Estoy seguro de que no todas las niñas tienen como ambición alcanzar la realeza y que también desean ser médicos, ingenieras o astronautas. Pero no podemos negar la realidad de que algunas niñas sí que lo quieren, y algunas lo consiguen. Es el caso de Marina y Gonzalo, una pareja joven y agradable que se puso en contacto conmigo para que fotografiase la gran boda que iban a celebrar en el Palacio de San Miguel de Sodupe. Este elegantísimo palacio que se encuentra a tan solo 10 minutos de Bilbao fue el escenario elegido por la pareja y a mi parecer, el perfecto para ellos. El edificio y los alrededores cuentan con tanta elegancia y tanta clase como la pareja misma.
Para realizar la unión de estas dos personas los novios optaron por un ritual que jamás había visto. La ceremonia, que muchos dicen que tiene origen brujeril, consiste en el simple hecho de encender una vela con otras dos que ya están prendidas. Los dos novios cogen sus respectivas velas prendidas y con el fuego de estas, encienden una vela en común. Es una ceremonia con un gran simbolismo, al fin y al cabo, el fin del matrimonio es crear una vida en común con el esfuerzo y la energía de unos novios que desde ese momento pasan a ser marido y mujer. Las palabras que se dedicaron fueron el culmen de la emoción de la ceremonia. Nadie podía contener las lágrimas. Sinceridad, complicidad y amistad en estado puro. La combinación perfecta de una pareja a los que deseo felicidad para toda la vida.
La boda transcurrió sin apenas notarlo, cada detalle se iba enlazando con el anterior y cuando nos quisimos dar cuenta todo el mundo estaba disfrutando de la divertida fiesta que se organizó después del banquete. Nunca había fotografiado una boda con fin de fiesta incluida y la experiencia me gustó muchísimo. Ver a toda la gente haciendo tonterías, bailando, disfrutando de esta celebración de lo que es el amor fue una experiencia inolvidable.